EL PULMONARIO DE BELENTUELA O CÓMO DEJAR DE FUMAR CON LA AYUDA DE TU HIJ@

EL PULMONARIO DE BELENTUELA
o CÓMO DEJAR DE FUMAR CON LA AYUDA DE TU HIJ@:
Necesidades:
-Imprimir el Pulmonario
-Lápiz y goma
-Nevera para colgarlo
-Un duende o “niño de andar por casa” que te quiera ayudar …
-Y que tú quieras…

MICROCUENTO DE BELENTUELA
Faltan pocos días para el “momento propósitos” de todos lo años. “Este año haré deporte” y “mañana dejo de fumar” se llevan el Oscar a las frases más verbalizadas por todos nosotros.
Como cuentera que soy, en mi vida se han sucedido episodios en los que mis amorosos duendes (hij@s) me han acompañado en grandes y extraordinarias aventuras y también rescatado de atolladeros ricos en riesgo, peligros y crisis existenciales…¡Qué suerte tenerlos!
Hace unos años, alarmada y muy fatigada por los intentos fallidos de dejar de fumar, mi pequeña duende Martina se convirtió en la heroína y protagonista del mayor de mis logros. Pasar a ser Ex-Fumadora superando radicalmente esas ganas locas de llenar mis pulmones de ese humo maligno.
Cada vez que yo fumaba delante de ella algo en mí se rompía al ver su mirada de tristeza y frustración. Sin embargo, caso omiso le hacía cuando suplicaba con esa voz entrañable – Mamá, no fumes…(yo estaba por encima del bien y del mal)
Pero me cansé…

Y trazamos JUNTAS nuestro plan:
En una asamblea que tuvo lugar en el sofá de casa cobijadas en un abrazo acepté su ayuda. Hacerle caso ha sido maravilloso y los resultados sorprendentes. NO FUMO.

Aquella tarde, sobre la mesa dibujamos los pulmones de Belentuela. Y los pintamos de negro. Así los imaginábamos las dos. Negros como el carbón. Sombríos como la desilusión. Brunos como el color de la impotencia. Un lápiz del plumier de Martina se paseó por aquél folio sin medida. Una dibujante tenaz-pensé, a juzgar por el empeño que la pequeña empleaba en su propósito de no dejar hueco en blanco. 

Lo siguiente fue más fácil para ella.
No tanto para mi.
Cada día que yo no fumaba Martina y su goma de borrar eliminaba de un solo trazo el color negruzco del dibujo de mis pulmones. Solo un gesto. Solo un borrón. A cambio de una sonrisa. De una aprobación: -Muy bien, mamá. Hoy lo has conseguido”
El Pulmonario lucía día tras día en la nevera de la cocina. Los demás duendes de la casa observaban y animaban la causa excitados también al ver que cada día el Pulmonario era más blanco…Si algún día fallaba en mi propósito, la goma no salía del estuche.
–No pasa nada, mañana lo intentas de nuevo y borramos.

Finalmente, y tras unas semanas de firme propósito aquellos pulmones lucieron blancos y luminosos.
La nevera comenzó a llenarse de otras cuestiones (horarios de atletismo, tutorías, recetas de torrijas, cumple de mi suegro…) y EL PULMONARIO dejó de ser importante. Lo habíamos conseguido. Y mi pequeña, que ya no lo es, cuando recordamos este cuento me dice:- Ves mamá? JUNTAS PODEMOS.

(Espero que alguno@ de vosotros podáis hacer vuestro este cuento ♥ )