Cada día un cuento, cada día un beso y cada día un te quiero.
MARIETA, MARIETA, VOY POR LA PRIMERA ESCALERETA por Belentuela
HOY TENGO UN PLAN TERRORÍFICO:
Feliz noche llena de cuentos y leyendas. No dejéis de contar a los niños.... A mis recuerdos llega el cuento que me contaba mi madre: "Marieta Marieta, que voy por la primera escalereta...". Mis hermanos y yo no podíamos sentir más miedo. Un miedo controlado siempre por el amor que había en su narradora. Es bueno contar cuentos de miedo a los niños. Les ayudamos a gestionarlo. El día de mañana se enfrentarán con soltura ante situaciones que les asusten. Hoy me voy a dar un homenaje e iré a ver a mamá para pedirle que me cuente de nuevo el cuento de Marieta. No veo otro plan mejor para este dia de TODOS SANTOS.
Os dejo aquí el cuento:
Erase que se era, el mal que se vaya y el bien que se venga una niña que se llamaba Marieta.
Marieta era buena, aunque como otros muchos niños, no siempre era obediente.
Un día mientras estaba jugando su mamá la llamó:
-Marieta, ve a la carnicería a comprar hígado.
En el camino se encontró con sus amigas, Sara, Natalia y Martina y se entretuvo a jugar con ellas.
Tan a gusto estaban las cuatro niñas juntas que al cabo de un rato Marieta se acordó que tenía que ir a por el hígado.
-Oh! A estas horas, la carnicería ya estará cerrada!
A paso ligero, las niñas se dirigieron a la tienda, pero efectivamente, cuando llegaron allí ya habían cerrado.
-Mi madre se va a enfadar conmigo! Se lamentaba Marieta.-¿qué puedo hacer?
En ese instante a su amiga Martina se le ocurrió una inquietante idea:
No te preocupes. Mi madre dice que todos los hígados son iguales y saben igual. Esta mañana han llevado al cementerio al señor Joaquín y está en el depósito esperando que lo entierren. Si vamos y le quitamos el hígado, nadie sabrá que es de él. El está muerto y ya no lo necesita.
Las niñas tenían miedo. Pero no había otra solución.
Y así lo hicieron.
Poco después llegaba Marieta a su casa con el hígados en un paquete…
-¿Cómo has tardado tanto?
La carnicería estaba llena de gente, mamá. Hemos tenido que esperar en la cola. Además he acompañado a Sara, Natalia y Martina a comprar unos cuadernos y luego hemos jugado en la plaza, y…
Su madre se creyó todas esas mentiras. Entró en la cocina y comenzó a freír el hígado.
-¿No cenas, Marieta?
-No tengo hambre, mamá, y me duele mucho la tripa. ¿Puedo dormir con yaya, esta noche?. No sé que me pasa pero tengo miedo.
Esa noche Marieta se sentía mas segura con su abuela en la cama. No dejaba de pensar en el cementerio y en el señor Joaquín, muerto.
No consiguió dormirse hasta casi medianoche.
Y, de pronto, despertó sobresaltada. Oyó unos golpes en la puerta de la casa.
-Yaya, ¿has oído los golpes?
-No te preocupes; será el viento, que hace portear la puerta.
Al poco rato se escucharon unos pasos dentro del patio y una voz siniestra que decía:
-Marieta, devuélveme el hígado que me has quitado!
La niña se acurruca temblorosa junto a su abuela.
-Yaya, ¿quién será?
-Calla, niña, que ya se irá…
-No me iré Marieta; ya estoy en la primera escalereta…
Los peldaños de madera empezaron a crujir como si un peso terrible se apoyase en ellos. Un soplo frío entraba por la puerta abierta de la calle. La niña se abrazaba a su abuela, que intentaba mantener la calma y rezaba en voz bajita. La voz de la escalera repetía ahora lenta, solemne y cavernosa:
-Marieta, devuélveme el hígado que me has quitado!
-Pero yaya ¿quién será?
-Calla, calla, que ya se irá…
-No me iré. Marieta, Marieta, ya estoy en la segunda escalereta
-¡Marieta, devuélveme el hígado que me has quitado!
-Pero yaya ¿quién será?
-Calla, calla, que ya se irá…
-No me iré. Marieta, Marieta; ya estoy en la tercera escalereta
-¡Marieta, devuélveme el hígado que me has quitado!
-Pero yaya ¿quién será?
-Calla, calla, que ya se irá…
-No me iré. Marieta, Marieta, ya estoy en la cuarta escalereta
-¡Marieta, devuélveme el hígado que me has quitado!
-Pero yaya ¿quién será?
-Calla, calla, que ya se irá…
-No me iré. Marieta, Marieta ya estoy en la quinta escalereta
-¡Marieta, devuélveme el hígado que me has quitado!
-Yaya, tengo mucho miedo…
-Marietaaaaa! Marietaaaaa! Ya estoy a los pies de la cama…
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