Y el sábado 17 de septiembre nos fuimos a Jaca contar un cuento...
11H. TALLERES
12 H. CUENTO
PLAZA DEL MARQUÉS DE LA CADENA
"EL PIRATA MOFETA Y LA JIRAFA COQUETA"
de Gloria Fuertes
¡Sí, sí! Y lo bonito es que lo musicalizaron
los alumnos de la Escuela de música de Jaca.
Entre tanto haremos hicimos talleres y pintando
dimos vida a piratas, color al cofre del tesoro, ilusión a los más pequeños...
Iba una jirafa por la espesa selva, alta, elegante
¡qué bella que era!...
De pronto la jirafa se encontró un cofre de madera,
junto a una palmera.
-¿Qué será esto? –pensó
¿Aquí que habrá? ¿Qué habrá?
La jirafa, abrió el cofre-caja con una pata y...
-¡Ahí va! ¡Es un tesoro! ¡El tesoro de oro del moro!
¡Cientos de collares! ¡Collares de piedras preciosas,
diamantes, brillantes y perlas como melones...
Estaba tan contenta que se puso todos los collares y,
presumida y coqueta, se miró en el espejo de las aguas del lago y le dijo:
-Lago mágico, dime; ¿hay otro animal en la selva más bello que yo?
El lago, como es natural, no contestó.
Y ella seguía:
¡Soy bellísima! ¡Soy bellísima! -decía excitadísima-,
De repente se inclinó para beber agua, y al terminar de beber...
¡Ay, hay que ver...
No podía levantar el cuello por el peso de los collares y
se quedó paralizada como una estatua, sin poder andar,
sin poder levantar la cabeza...
-¡Ay que me deslomo, me desmorro y ahora...
¿Cómo como?
La jirafa coqueta intentó andar pero no podía.
La pata derecha se le encogió de un calambrazo y
se quedó como un trípode sin fotógrafo.
Cojeando y como pudo se apoyó en una palmera para no caerse.
En aquel momento la jirafa coqueta y alhajada,
empezó a llorar por primera vez.
Muy cerca de ese lugar comenzaron a escucharse
unas voces muy alteradas…
-¡Ahí está, muchachos!, -gritó el pirata Mofeta a sus compañeros.
-¿El qué está? – balbuceaba el más bravo.
-¡El tesoro!., -indicaba Mofeta.
-¿Dónde?- preguntaban todos
-En el cuello de esa jirafa!!!! -¡A por ella! -dijo Sisebuto a lo que Mofeta le contesto:
-No, no seas bruto Sisebuto. No hay que matarla, además nos daría mala suerte. Recordad que no hemos venido a matar, sino a robar, que es otro verbo más humano.
-Entonces... –se preguntaban…-¿Disparamos los dardos para dormirla?
-Eso sí. Asintió el jefe ¡Preparados! ¡Disparad a la cabeza! ¡Ya!
-eh eh eh eh! -Oiga, jefe. – interrumpió un pirata ¿Por qué a la cabeza? La tiene tan pequeñita, que es difícil no dejarla tuerta. ¿Disparamos al cuerpo?
-¡No, he dicho que a la cabeza y aquí mando yo!
-¡Pum! ¡Pum! ¡Pum!
-Como si nada. Esta Jirafa no se duerme ni con nanas...
-No queda más anestesia jefe. – y preguntaban agotados -¿La dormimos a garrotazos?
-No seas bruto, Sisebuto -dijo el Mofeta.
El grupo de los cuatro hombres compuesto
por el Mofeta, Sisebuto, el Peludo y el Lirio,
que no eran ni cazadores, ni exploradores,
sino piratas modernos,
se empezaron a poner nerviosos.
Caía la noche y no caía la jirafa.
-Hay que hacer algo -dijo el Mofeta.
-Hay que quitarle los collares como sea.
-Pero ¿Cómo? –se preguntaban a voces el resto de los bucaneros.
-Trepando rabo arriba hasta el lomo, y cabalgando lomo arriba hasta el cuello.
-si, si – dudaban todos -¿Y quién la alcanza el rabo si casi no tiene, criatura, y además, el rabo está a seis metros de altura?
-¡Pues..., patas arriba!
-y daleee! -No es posible, trepar patas arriba por esa piel sedosa, se escurre uno, y además si se lía a dar coces, ¿qué?
Mofeta, en aquel momento se puso serio y propuso:
-No digo que trepéis patas arriba, digo que pongáis al bicho patas arriba y unos la sujetamos y otros la desjoyan...
Dos horas tardaron en derribar a la jirafa.
Les costó más trabajo que volcar un autobús.
En aquel momento, y después de la que habían organizado a la pobre jirafa le dolían todos los huesos, pero ella sólo seguía sintiendo el largo dolor de sus cuatro metros de garganta hinchada, y de sus cuatro metros de anginas, aprisionadas por los collares.
Y aunque ella, ya echada sobre el suelo, se estaba quieta, los piratas le ataron el hocico y las patas para mayor seguridad y con tenazas y alicates empezaron a arrancarle los collares.
-¡Cuidado! ¡A ver si nos da un cuellazo! -dijo Sisebuto.
A lo que Mofeta le contestó:
-No está para ello. ¿No ves que no puede mover el cuello?
-¡Jolines delfines! –suspiró Lirio -¡Lo que hay que trabajar por no querer trabajar!
Terminada la operación-robo, desataron a la jirafa, guardaron los collares preciosos en un saco horroroso, y emprendieron el camino a través de la selva.
Llevaban andando un par de horas, cuando de pronto Sisebuto se desmandó, sacó su revólver oxidado y gritó enloquecido
-¡Arriba los monos! ¡Arriba los monos!
Mofeta y los otros dos piratas, se pararon, con los brazos en alto, asustados, temiendo ser traicionados por Sisebuto.
-¡He dicho arriba los monos!- repetía…
Y en esas, todos los monos que andaban jugando por el suelo, saltaron arriba de los árboles.
-¡Vaya susto, me tiembla el busto! -gritaba Peludo.
-Eres un bruto, Sisebuto. Te habíamos entendido:
¡Arriba las manos!
-Perdonad colegas – se disculpó el grande de Sisebuto -es que los monos me ponen los nervios nerviosos.
Los cuatro piratas siguieron caminando, caminando...
Iban muertos de sueño, sin dormir.
Iban muertos de hambre, sin comer.
Y cuento acabado...en Jaca nos lo han contado:
Daniel García (saxofón) 4º elemental - 14 años
Iván Seral (saxofón) 2º elemental - 9 años
Ares Caudillo (batería y xilófono) 4º elemental - 11 años
Marina Lacasta (violín) 2º Grado medio - 14 años
Auda Lera (violín) 4º elemental - 11 años
Marina Blázquez (violín) 4º elemental - 11 años
Álvaro Mata (trompeta) 2º elemental - 8 años
Miguel García (trombón) 2º elemental - 8 años
María Aquilué (piano) 3º elemental - 9 años
Carmen Pérez (guitarra) 2º elemental - 9 años
ESCUELA MUNICIPAL DE MÚSICA DE JACA
Y DIVERTIMENTO AL ATAQUE CON:
BELENTUELA BELENTUELILLA Y CARMEN PIRATILLA.
¡UN ABRAZO A TODOS!
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