MONZÓN Y LA PUESTA DE LARGO DE BELENTUELA




Belentuela se presentó este viernes en Monzón rodeada de amigos, familia, vecinos...
Un acto donde el cariño hacia el personaje y su autora estuvo a flor de piel.
Gracias a todos los que estuvisteis celebrándolo conmigo y con Mar Gabas,
 

mi editora y amiga.
Esto es el comienzo de una larga historia de cuentos, en la que, como apuntó el periodista, Francisco José Porquet, donde la imaginación vuela, ahí está Belentuela 
<3. Gracias a mi familia <3 A mis amigos, que llegaron puntuales a la gran quedada, sin importar los kilómetros que nos separaban. Gracias a los vecinos de Monzón que hicieron del salón un lugar pintado con sonrisas. Gracias a la librería Pape Idea Librería Papelería a Rosi y Paco, por atender a los seguidores de Belentuela y proporcionarles el libro. Gracias a  José,  Juan y Javier y Angel Mas.
responsables del Hotel Mas Monzón que con su equipo, nos proporcionaron una tarde y una noche de ensueño. Gracias a toda la prensa por mimar el acto de forma tan profesional: Al periodista del Diario del Alto Aragón, Francisco José Porquet,
Carlos y Bea, de Cinca Medio Noticias, a  Jose Luis Bariio Lopez, de Radio Monzón, Carlos Ansaldo de RAdio Cinca 100,  Jose Antonio Almunia, de Vivir, Africa Sanjuan, La Redolada, Agenda Culturak de Huesca  y mi querido amigo Jose Mari Ortas, director de Ecos del Cinca.
Seguro que me dejo a alguien, pero si así no fuera, no sería yo...)



Texto integro de la presentación que el periodista Francisco José Porquet me dedicó en Monzón el pasado 11 de noviembre:
Escribir el prólogo de un libro o presentar a un personaje es un arte sutil y complejo. Yo le pongo ganas al asunto, pero de ahí al doctorado hay un buen trecho. Se trata de ser ocurrente, emular a Gracián en aquello de la deseable brevedad y servir de aperitivo al plato principal, que no es otro que el artista al que anuncias. Habitualmente, la vedette y el encargado de romper el hielo acuerdan el menú, pero hoy no es el caso.

Hoy sólo sé que el banquete va de cuentos, de imaginación y de rasmia. Y de una forma de ver la vida con gran angular. Soy telonero de Belén Castel -Belentuela para la posteridad-, y como el exceso de amistad tiene estas cosas, aquí me veo respondiendo a una llamada de teléfono que, más o menos, fue así: “Tú vienes, galán, largas un discursillo, me presentas, yo digo lo mío y luego nos vamos a cenar”. Y en ello estoy.

Belén, ¿destaco algo de tu trabajo? Que no. Belén, ¿explico alguna cosa de la editorial? Que no. Belén, ¿hablo de Divertimento? Que no. Belén, ¿bailas? Bueno, eso, a lo mejor. Y aquí estoy. Y encima nervioso, pues noto que José Manuel y Conchita, los padres de la chica, me dicen con los ojos que a ver si me esmero. Y el resto de parentela, también.

Como el asunto va de cuentos, yo digo que si Belén se hubiera pinchado con la rueca de la Bella Durmiente, se habría quedado transpuesto el príncipe. Esperar un beso para despertar no va con ella. No obstante, si alguno de los presentes tiene algo que matizar, y en especial Ernesto, compañero de edredón de la hilandera, ya hablará al final.

En el papel de madrastra de Blancanieves, la veo diciéndole al espejo mágico: “¡Qué sabrás tú de quién es la más guapa del reino! ¿Acaso no ves lo estupenda que soy? Además, tengo duende. Y eso, amigo, sólo lo refleja la luna”. Y no le falta razón, hasta el punto de que, en mi opinión, el Goya a la mejor actriz lo tiene ganado si le dan el papel de la Ratita Presumida, pues es público y notorio que le gusta salir a escena de buen ver, resultona, arreglada pero informal, antes muerta que sencilla.

Belén tuvo como compañero de pupitre a Peter Pan, y en el recreo le gustaba retar con la espada al Capitán Trueno. Juega al guiñote con los Reyes Magos y a “piedra, papel o tijera” con Papá Noel. El sultán de las Mil y Una Noches la tiene enfilada por si a Sherezade se le agotan las historias, y cuando nuestra amiga se viste de Caperucita Roja, el lobo feroz se hace vegetariano y socio de Ecologistas en Acción.

Belén hubiera rodado “¡Qué verde era mi valle!” en Benasque, y “La casa de la pradera” en el soto “Pinzana”, Las Loberas y el Morrerón en Monzón, que parece un farallón del Far West. Alquimista y bruja blanca, no ve la raya del horizonte porque es la responsable de pintarla y a veces se le olvida. Y nunca pierde el tiempo en debatir si la botella está medio llena o medio vacía. La coge por el cuello, se va a la fuente y tema zanjado.

Jugando al parchís con sus hijos, se mataba las fichas con las propias y contaba veinte hacia atrás. Y los críos le pagaban con risas, que era lo que buscaba. En el escenario es un terremoto, y tomando un café o una caña, también. Los médicos han concluido que esta enfermedad no tiene cura. De lo que se alegra la peña, excepto Ernesto, quien susurra: “Hosti,  tú, vale, pero podría aflojar un poco el pistón”.

Cuando tocaba la flauta en la banda La Lira, la mirábamos como si fuera la reina de Hamelin, y sentada ante el piano -por un instante arrobada-, a mí me parece que se confiesa, o que lo confiesa, o que se cuentan secretos de enamorados que sólo ellos saben. Vaya par de dos.

Si Belén hubiera sido Cenicienta, la madrastra llevaría tiempo en la Escuela de Educación de Adultos, las hermanastras andarían prestando servicios a la comunidad… y los zapatos de cristal serían dos hermosas copas para saborear el vino amable de Casa Carbonero.

Si el protagonista de la película “La vida es bella”, en fin, hubiera sido femenino, el papel se lo habría llevado Belén Castel Perella,
Estudió música con provecho, fue de los pioneros que enchegaron La Lira, dirigió una banda municipal, trabaja de profesora, inventó la Escuela Itinerante Divertimento, se sacó de la chistera a Belentuela y mil amigos, se ha agenciado una caravana para llegar a los pueblos como el mejor de los circos, ilustra y escribe cuentos… y ahora los ha eternizado en un libro. Inquieta y revoltosa, dama de armas tomar y guerrillera de la paz, le encanta ponerse el mundo por montera. Cuando la boira se aprieta y los corazones se encogen, Belén sopla y enseguida escampa.

El sabio refranero resume todo lo anterior así:
“Donde la imaginación vuela,
por allí campa Belentuela”.
















LOS CUENTOS DE BELENTUELA


BELENTUELA Y SU CARAVANA


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