Tendría yo entre 12 o 13 años... Por aquel momento yo leía lo justo y no tenía ni idea de que traería al mundo a hijos con esa rara costumbre. ("-te vas a ir a la cama sin leer!!!". Aún oigo mis amenazas al mayor a sus tempranos 10 años). Como digo, en aquel momento de mi adolescencia solo me importaba pasar la tarde con mi amiga Pili( Dios mío, hoy es la mejor restauradora de arte que conozco y fue cómplice de mi barbarie). Habíamos quedado para fumarnos unos "pitis" en la terraza de casa. Teníamos el tabaco de liar pero no teníamos papel. En aquel momento recordé haber estado ojeando los libros de papá y entre todos ellos me sonaba que había alguno de páginas pequeñas, amarillentas y muy finas y sedosas que perfectamente podrían hacer las veces de papel de liar...y la liamos. Vaya que si la liamos. Arranqué las primeras hojas. Sin dolor. Y nos las fumamos. Hace unos meses mi hijo, ya universitario, en una de esas visitas amorosas para ir a ver a los abuelos. rebuscó por la biblioteca de mi padre esas joyas literarias que siguen apasionandole. Y ALLÍ ESTABAN. Dos ejemplares únicos. Antiguos. Perfectamente conservados; LA ILÍADA Y LA ODISEA de HOMERO. Mi hijo no entendía por qué le faltaban las primeras hojas a LA ILIADA. Mi padre, su abuelo, tampoco. Aun así se los llevó y Contento por el préstamo, aunque extrañado por el estado de uno de los libros, mi hijo llegó a casa y me lo comentó. - Qué curioso, Mamá...qué pudo pasar? Yo palidecí. Enseguida tuve que aclararlo y sin echarle cuento. Aún lo oigo gritar-- Mamá!! Qué me estás diciendo? que te has fumado LA ILÍADA de Homero en versión catalogada??? -vai chiqué, nos faltaba papel!!! Se armó la de Troya, nunca mejor dicho.
Jamás pensé que tuviera que dar cuenta yo a un hijo de lo que lo que me he fumado en esta vida. Tierra trágame o lo que es lo mismo y viene al pelo: Que Agamenón nos pille confesados!
Como estoy de vacaciones, tengo mucho tiempo para pensar, leer, dibujar...y recordar. Estoy días comentan que cierran la Ferretería Nadal, un clásico en Monzón que lleva dando servicio durante 3 generaciones, no es así, Juan Nadal?. Gracias por todos estos años. Recuerdo las compras que allí hacíamos para solucionar necesidades de casa. También recuerdo y aquí se me caen los ojos al suelo, algo que pasó y por lo que todavía agradezco más la santa paciencia de mis santos padres con esta aprendiz de cuentera desde el minuto uno de su existencia. (Es un hijo mío quien me la gasta así y lo... ).El sofá que lucia en casa era de Sky. O de Skay. O de Skai. A la foto me remito. Recién comprado. De un rojo setentón subido que encajaba con todo el mobiliario de casa, ahora ya de un atractivo vintage. Tendría yo 8 años. Mucho antes de que me diera por fumarme La Iliada de Homero (os remito al capítulo 1 de estos sinsabores). Con las piernas bajo el culete y apoyada en el rojo brazo del sofá, sostenía con mi mano derecha un boligrafo Bic azul de punta fina mientras canturreaba: "Bic naranja escribe fino, Bic cristal escribe normal, Bic naranja, Bic cristal, dos escrituras a elegir. Bic, Bic, Bic, Bic, Bic). Y por cada Bic que salía de mi boca la punta fina del boligrafo se undía y traspasaba el Sky, Skay o Skai apareciendo ante mis ojos el firmamento lleno de puntos que luego ya me encargué yo de unir con trazos con el boli cual Osa Mayor u Osa menor, dejando el sofá flamante de mis padres hecho una caracolera . Creativa. Pero caracolera. A partir de allí ya no recuerdo nada. Miento. Tan solo una cosa: Ver salir a mi padre corriendo hacia la Ferretería Nadal a por Airónfix. Un Aironfix rojo, casi idéntico al del sofá que durante los 20 años después (hasta que lo tapizaron) fue el encargado de tapar mi obra de arte. Aironfix para recortar y pegar, para así hacer desaparecer el maridaje de dibujo, música y arte en estado puro que nunca nadie de mi casa, a juzgar por sus caras, pudo entender. Sigo...
Lo curioso es que a las que vivimos del cuento, las anécdotas que yo defino como "Mátamecamión" nos persiguen. Si. Y da igual que tengas 8 años y te dediques a troquelar el sofá de Sky,Skai,Skay 🙄 de tus padres, o que tengas 12 y te fumes la RAE entera que al final te encuentres en la edad que te encuentres te pasan cosas...El año pasado aparqué como todos los días mi pequeño Seat Ibiza en el aparcamiento cercano al colegio donde doy clases de Música. Que se me coma un tocino viva si lo que cuento a continuación no es verdad. Cuando terminé las clases y salí a buscar mi coche, EL EJÉRCITO DE TIERRA DE LAS FUERZAS ARMADAS ESPAÑOLAS con todos sus vehículos más carismáticos de ataque habían decidido hacer un alto en el camino y sitiar el parking con tanques, tanquetas, carros de combates, Mulas mecánicas, 4x4, Camiónes URO MT-149-AT...(¿como os habéis quedado? 💅💅💅). Obviamente, en mi angulo de ataque solo veía soldados guapos, guapos pero que muy guapos( lo admito, soy de esas que el tema del uniforme...🙄) que habían decidido darse un momento de descanso y reponer fuerzas (las que me faltaban a mi, ante semejante panorama). A estas alturas del post ya os habréis dado cuenta que mi utilitario se veía como una pequeña mierdecilla (con perdón) y por supuesto ni movilidad táctica ni "ná de ná"...Ignoro de donde saque el valor, pero ante la imposibilidad de sacar mi vehículo de semejante emboscada, en un instante me vi desfilando firmemente, con un punto de contorneo, lo admito, delante del patrullón, cuál día de las Fuerzas Armadas directa al Seat a la vez que pronunciaba estas palabras que ni en mi mejores sueños de loca Mateta pensé jamás pronunciar:
-Perdona, Soldado...puedes mover tu tanque? Voy a salir...
¿Existen las casualidades? ¿O es el destino que nos sorprende? ¿Quizás momentos oportunos que te dejan “cao”?... Quien sabe!
Mi tercer embarazo no fue tan ideal como los primeros y por prescripción medica me vi obligada a ser un redondo y pesado cojín de mi sofá durante varios meses. ¿Os imagináis?. ¿Yo quieta? Se me llevaban los diablos, los totones y todas las brujas de todos los cuentos. Si mi niña nació un lunes, el martes estaba yo bailando salsa, bachata, tangos y tenía unas ganas de marcha imparable. A los 15 días decidimos coger “el montante” y marchar con los tres pequeños (6, 4 años y 15 días) desde Monzón a Malpica (Coruña). 1000 kilómetros montados en un Land Roverd, que lo sabía todo de nosotros a juzgar por los años que tenía y cargados hasta los topes de hijos, maletas, maxicosis, biberones, pañales, utensilios de playa, cunas plegables, juguetes varios, taperwares, neceseres, esterillas, libros...Churriguera a nuestro lado era de estilo minimalista.
Salimos de tarde- noche para que lo niños durmieran plácidamente.
A la 1 de la madrugada el Land Rover dejo dejó de funcionar. Si. Se quedó quieto. Sin pedir permiso…Ni tan siquiera un “¿no os importa que os deje aquí tirados?.
En media hora me ví en el arcén rodeada de hijos (uno de ellos colgado a mi teta) maletas, maxicosis, biberones, pañales, utensilios de playa, cunas plegables, juguetes varios, taperwares, neceseres, esterillas, libros...en espera de un taxi que nos proporcionó el Seguro para llevarnos al hotel más próximo.
A partir de entonces la estrella que me persigue en esta vida apareció más brillante que nunca: Un Parador en Carrión de los Condes a tutiplén era lo que nos esperaba los 5 días que tardaron en arreglarnos el vehículo (¡Oh! Lo sentimos. No tenemos esta pieza. Es viernes. Habrá que pedirla a Alemania. Fin de semana. Hasta lunes no llegará. El martes la colocaremos. El miércoles listo…). Y ahí estaba EL PARADOR. A todo tren. Como una reina. Que digo reina. ¡Como un hada!. Que digo hada. ¡COMO UNA RICACHONDA!. Fantástico. No fregamos ni un plato ni medio. Ni hacer una cama. A todo lujo. Pasear. Tetar. Comer. Pasear. Tetar. Leer. Jugar. Tetar…
Llegó el día de continuar el viaje y era tal la alegría y el sabor de habérnoslo pasado tan bien en aquel rincón medieval, bello, lo miraras por donde lo miraras que cuando llegábamos a Ponferrada, un pequeño “ruidito” en el coche hizo saltar las alarmas de mi marido que conducía ya tranquilo. Viendo desde la carretera las fantásticas vistas y los posibles Paradores los niños y yo comenzamos a canturrear –-Que se rompa, que se rompa, que se rompa… No se rompió. Y seguimos.
Ya en destino, Malpica, mi hermana nos estaba esperando con su familia. Ella había llegado sin percances. Habíamos alquilado entre las dos una pequeña casita a pie de mar para pasar esos 15 días, de los cuales ya solo quedaban 10. Una vez instalados nos dirijímos a la casa del dueño para realizar el pago del alquiler y aquí viene la casualidad, el “matamecamión” o “esto no hay quien se o crea”.
Nos recibió un hombre de unos 60 años.
Pedro, se llamaba.
-¿De dónde sois?
-De Monzón. De Huesca.
-¡De Monzóooooon??? . –Yo pensé que se ahogaba. ¡¡Qué casualidad!!. Mi infancia y juventud la pase allí. Mi padre era ferroviario y bla, bla, bla…¡Que bonitos recuerdos!.
Mi hermana y yo que somos empáticas las dos, por naturaleza, comenzamos a “querer” a ese señor por el artículo 1. Mira, nos caía bien. Y punto.
Él continuaba recordando su adolescencia…
-Cuántos buenos amigos dejé en Monzón
De repente, LA PREGUNTA:
-¿NO CONOCERÉIS A JOSE MANUEL CASTEL?
No hay emoticono en ningún móvil que ilustre nuestra cara en aquel momento.
-¡Jose Manuel Castel??? ¡¡¡ES NUESTRO PADRE!!!
A partir de ese momento. Pedro, el amigo de la infancia de papá gritó:
-¡¡¡María!!!!. ¡¡Baja los álbumes de fotos!!
Y allí estaban,Papá a los 12 años. Papá con Pedro el día de la Romería. Papa y ¡mamá! En cruz de la Ermita de la Alegría de Monzón. Papá con 15 años. La cuadrilla entera. Papá y Pedro en el puente del rio Sosa, Papá de jotero. Papá…papá…mamá…
Un albúm de fotos que jamás había visto .
Con las personas que más quiero. De niños. De jóvenes…
¡¡¡A 1000 kilómetros!!!!
Al final, la casualidad, el destino, el “matame camión” o el tocino que se te puede comer viva, no pierde oportunidad.
(Por supuesto inmediatamente llamamos a papá:
-Pedrooooooooo!!!! (Se le oyó decir…)
Estoy descansando en el paraíso.
A veces está mas cerca de lo que nos pensamos.
No tiene playa, pero tiene brazal.
No tiene palmeras, pero tiene carrascas.
No tiene self-service, pero tiene huerto.
No tiene luces de neón , pero tiene luna…
El campo de los abuelos lo tiene todo.
Está tan cerca de casa que tengo a todos cerca.
Esta mañana al despertar, me ha venido a visitar mi amiga Pili, la restauradora.
Si , la que se fumó conmigo La Iliada (Capítulo 1).
Es un libro abierto. Sabe tanto…(Estos del arte son un poco raros…)
Mientras le preparaba un café con leche (-¡menudo puchero!! me ha dicho!) ella ha comenzado a hablarme de un tal Bosco. El Bosco. Un pintor del siglo XV. Ella es así. Mira si no podría hablar de lo que habla todo el mundo…
El Bosco…Hemos mirado su obra por internet ¡Excepcional!
Estoy atónita por la cercanía en el tiempo que denotan sus pinturas.
Me encanta este loco.
Nos hemos enfrascado en una amena conversación, intentando encontrar el modo y manera de llegar a los niños y educarles en el arte, en el conocimiento, en el disfrute de la mirada ante un clásico ya sea pintor, escultor o músico….
Y ha sido entonces cuando me he acordado de Alberto.
Mi querido alumno, Alberto.
Con 8 años, tocaba la flauta como los Angeles…
En su familia desayunan con John Coltrane, almuerzan con Louis Armstron, comen con Miles Davis, meriendan con Billie Holiday y se acuestan con Charlie Parker.
Son geniales.
En esa casa se respira una cultura musical increíble.
Y ellos, los niños, la inhalan…
Por eso no me extrañó que aquél día en el que le llevé a Alberto la partitura de “Ave María” de Schubert, el niño diera saltos de alegría por el aula de música, mostrándose agradecido y feliz…
-¡El “Ave María”! El “Ave María”!
-¡Que gusto da!. Pensé yo, también feliz –Este es el fruto de la buena educación.
Segundos después pensé:
-¡TIERRA TRAGAMEEE!
Alberto montaba la flauta travesera más contento que chupillas al tiempo que cantaba:
-¡AVE MARÍA!¿CUANDO SERÁS MÍA?!!
(Termino la nota, reconociendo que gracias o a pesar de Bisbal y de la coexistencia de todas las músicas, Alberto, años después es UN GRAN MÚSICO)
Me saqué el carnet de conducir a los 20 o 21 años. Tarde, pero a tiempo. Augurando que iba a hacer más kilómetro que la maleta de la Piqué. Para entonces yo estudiaba la carrera en Zaragoza. Hice muy buenas migas con mi amigo Eliberto, (hoy un gran músico). Un sábado quedamos. A tomar algo. Pero yo estaba en Monzón. Reciénte carnet. Reciénte coche. Reciénte todo. Vamos, lo que viene a ser "una pardilla" -Quedámos a las 6 h en Las Palomas-dijo Eli. Os juro que lo hice todo bien. Llegue a la hora. Sin percances. A 90. Con mi L. Aparqué y me fui al sitio de quedada. La plaza del Pilar, donde estaban las Palomas. No sin antes comprar una bolsa de maíz ...Esperé. Esperé. Y esperé. Las 6. Las 7. Las 8. "Con pan y bizcocho" Penelope, su bolso de piel marrón y yo, primos hermanos. Experimente por primera vez nuevas sensaciones. Una voz repelente me decía: 1. -chati, menudo plantón!. 2. -hombres! Les rebanaría la cabeza(con amor)😬. 3. Experimente por primera vez qué se siente compartiéndolo todo (maiz) con los animales (todas las palomas de la plaza del Pilar estaban a mi veraveritavera). Las 9. Y me fui por donde había venido. Ósea por la nacional 240. No había móviles. Por lo tanto no pude comunicarme con él. Lo cual dejó mi demonio interno bastante alterado. A la mañana siguiente, dejé el coche en Monzón y como todos los lunes, volví a Zaragoza pero esta vez en tren. Llegué.Fui al conservatorio. Entré en clase. Todavía llevaba cara de haba. Observé que Eliberto se mostraba contrariado. Me senté a su lado... -Toda la tarde esperando...Podrías haber avisado de que no venias... -Pero si estuve Tres horas alimentando palomas a diestro y siniestro!!! - En el Bar Las Palomaaaaaas!!!!!, te dije. En el Bar LA Palomaaaaaas!!! El "COMONOSEMECOMERÁUNTOCINOVIVA comenzó a hacerse un hueco en mi divertida vida.
Los interfonos de los bebés funcionan muy bien. Cuando mis hijos estaban en la cuna, le dábamos marcha al interfono y había días que nos íbamos a casa de la vecina, que era mi hermana, a tomar un café. Un té...Total. Pared con pared. Llegaban claramente las ondas. Y los lloros, también. En caso de que los hubiera.... Yo, ahora a mis hijos los controlo por wasap. Increible. Hay veces que me sorprendo escribiendo: -A comer! Me estoy volviendo un poco friki, lo reconozco. Me gustan los inventos. Me han salvado de alguna... Mi santo, escribe libros. Es muy listo. Y es muy guapo. Y es muy tocapelotas , a veces. Recuerdo el segundo libro que escribió. No fue tan facil como el primero. Sencillamente porque ya teníamos un hijo que reclamaba sus atenciones. Al contrario de lo que podáis pensar siempre ha sido él quien le ha contado el cuento de noche a nuestros hijos. El caso es que a tres dias de que acabara el plazo de entrega a la editorial de Zaragoza, el pobre iba de cráneo. -No llego. No llego...decía pasando las noches en vela. Pero sí que llegó. Es muy listo. Y muy guapo. Y es muy tocapelotas. A veces. Con el trabajo perfectamente terminado decidió ir a Zaragoza. Presentar el manuscrito y quedarse más ancho que pancho. -Iré en tren. Me dijo.- No he dormido en tres dias y será lo más seguro... No os he dicho que para entonces mi segundo embarazo llegaba a su séptimo mes. Estaba yo para rodar y rodar, rodar y rodar ... A las 8 de la tarde, me llamo desde la estación del Portillo: -Ya está, cariño. Trabajo entregado. A las 10 sale un tren. -Llegare sobre las 12h. Le conté el cuento a mi pequeño. Recogí los mínimos y me acosté a la espera. Pero me dormí. Deperté por el sonido del teléfono. Eran las 3 de la mañana -Cariño...NO TE LO VAS A CREER...Estoy en San Vicente de Calders. Cruce entre Barcelona y Tarragona. -queeee? -Me he quedado dormido y el tren ha seguido...No te preocupes. A las 4 sale otro de vuelta a Monzón. Pobrecito. Di media vuelta en la cama. Pensé dos minutos en él y...Seguí durmiendo. A las 8 volvió a sonar el teléfono: -Cariño...NO TE LO VAS A CREER...Estoy en Zaragoza! -Queeeee?? - Que me duermo, Belén. Que me duermo!!! Me incorporé. Respire profundamente. Me acorde de lo listo que es, De lo guapo que es. Y de lo tocapelotas que es, a veces...y le dije. -Quédate quieto estés donde estés. Voy a buscarte. Mi pequeño seguía durmiendo Le pasé el interfono a mi hermana. Mi tripa y yo condujimos hasta la Estación del Portillo. Allí estaba. En un banco. Dormía como un bebé. Dormía como un pobrecito... En aquel momento me sentí más Juana de Arco que nunca. Y le dije: -Vamos cariño. Despierta. Te llevo a casa.
Esta mañana he ido al campo. Me gusta ese rincón. Leer. Pasear. Pintar...Poco más necesito. Me estoy leyendo la trilogía de Paullina Simons. Me tiene enganchada. Se me pasan las horas con ese "ladrillo" de fuente Times New Roman del 8. El papel es tan fino que me recuerda al papel de fumar. Tranquilos. Ya tuve bastante con Homero. (Capítulo 1) Así paso la mañana. Mi santo no anda lejos. Lo oigo trastear. Levanto la mirada y me fijo en la pequeña pradera que tengo ante mí. La veo verde pero observo que hay mucha hierba seca de la última vez que se pasó la cortadora... Martina cumple 15 años. Lo celebrará el miércoles. Nos pidió hacer la fiesta en el campo. No es tonta, la niña: - y Papá, que ponga música, - y montamos las mesas así y asá. -Y tú, mami podrías decorar las carrascas - Y subimos unos cojines a la casa del árbol... -Y...y...y... Reconozco que todo esto me encanta. Siempre les digo que si no hubiera sido músico sería decoradora. Además ella se merece esa fiesta. 15 años tiene mi amor. Sigo leyendo y vuelvo a mirar la pradera. Se me ocurre algo. -Debería coger el rastrillo y sacar esos restos secos que la afean. Pienso. Decidido. Cierro el libro y me dirijo al cobertizo. Cojo el primer rastrillo que encuentro y me dispongo a "barrer" el campo. Son las 12 h del medio día. En pleno Julio. Qué calor. Aprovecho que paso por el brazal y veo que baja cargado de agua. Me remojo. Me acuerdo de mis abuelos. De lo que me gustaba bañarme en el brazal cuando era niña. Con la de bonos de piscina que he pagado yo en esta vida con mis hijos podría ser dueña de todos los brazales de mi pueblo. No sé si ellos recordarán la piscina con esa dulce nostalgia con la que yo recuerdo el brazal. Brazal, que bonita palabra. Sigo barriendo el campo. Qué poca traza tengo pero voy viendo resultados. Soy feliz. A Martina le va a encantar como está quedando. Sigo rastrilleando... Oigo una voz tras de mí. Mi santo: -Pero Belén! Qué haces! Te va a dar algo! Si además, eso no se hace así... -Ya llego el listo, pienso yo. Con amor... Desaparece y al momento regresa al más puro estilo SuperMan para salvarme la vida, sujetando una máquina cortadora profesional con recogedor de hierba autopropulsada y casi guiada por GPS. La leche, vamos! En 5 minutos deja la pradera impoluta. Que eficacia. Por Dios! Que adelantos... Que modernidades... Yo me apoyó en el rastrillo al más puro estilo campesina. Ya está. Se acabó lo que se daba. Con lo a gusto que estaba yo barriendo el monte. Menuda inutilidad... Y es entonces cuando pienso en mi abuela Pascuala: Con 90 años nos hacía calcetines para toda la familia. Calcetines de lana. Rojos. Azules. A rayas. Cortos. Largos... Un día le dije a mamá: -Mami, porque no le dices a yaya que deje de hacer calcetines!? Tenemos para dar y vender...No necesitamos tantos calcetines! Además, podemos comprarlos! - Cariño, y cómo crees que se siente yaya sabiendo que cada día se levanta con la idea de que tiene que hacer calcetines para los suyos? Con 90 años elige lanas. Mide nuestros pies. Nos consulta colores. Se afana por terminarlos. Los envuelve y con un amor desmedido escribe nuestros nombres. Claro que podemos comprarlos!. Pero ella se siente útil. Se siente viva. Se siente feliz... Que sabia mama... Tal y como me he sentido yo con mi rastrillo. Me sentía feliz. Yo soy así. Feliz. De cualquier modo. Años después Los calcetines de mi abuela Pascuala, los guardo como oro en paño en la cómoda de mi habitación. Me recuerdan la relatividad de las necesidades, la relatividad del tiempo, la relatividad de todo...
Tengo que reconocer que mis alumnos la mayoría de las veces son la alegría de mi huerta. Con ellos aprendo, con ellos me esfuerzo, con ellos me inspiro...Con ellos me rio.
Ayer por la tarde Pelé y Melé me fueron a comprar la pastelería ese delicioso croissant que de vez en cuando me permito regalarme. Entre clase y clase sienta de maravilla. Al ir a buscar el dinero a mi monedero, encontré un diamante de plástico que días atrás se me había despegado de un cinturón y que guarde entre los euros a la espera de poder encontrar un momento para pegarlo de nuevo en su sitio. Mis alumnas me observaban y yo aproveché para liarla, como siempre...Cogí el “preciado” diamante y les dije:
-¡Ostras! Aún lo llevo aquí...¡Soy un caso! A cualquiera que le diga que llevo un diamante de 5000 euros en el monedero me diría que de qué voy.
-¡5000 euros!-a duo...
-Si, es un regalo que me hizo Ernesto...
-¡Un diamante!-en estos momentos ya lo manejaban entre sus manos. Pensé entonces que por su peso se darían cuenta que les estaba metiendo una trola digna de los Santos Inocentes. Pero no. ellas en su inocencia, siguieron....
-¡5000 euros!- repetían... ¿Y porque lo llevas ahí?
-Se me soltó del colgante de oro rosa donde va sujeto a mi cuello. Sobretodo no se lo digáis a Ernesto. No creo que le siente bien que lo lleve despendolado por el bolso después de todo lo que le costó...
Se sintieron cómplices.
-¡Vamos a pegarlo!
-¡Sí! ¡Con pegamento y medio! ¿Nos os digo que es un diamante de mucho valor? Tengo que llevarlo a la joyería.
Ante su cara de estupefacción decidí acabar con la sarta de mentiras:
-¡Pero Madredelamorhermoso! ¿Como se puede ser tan inocente? ¿Esto es un diamante? ¿Éste plástico? Hala! Tomad el euro e id a buscarme el croissant ¡jajajajajaja!
Entre risas y risas parece que ellas se quedaron más conformes y antes de salir por la puerta una dijo:
-Yo me lo he creído todo y pensaba...
NO SABIA QUE BELENTUELA ERA RICA...
Diamantes en bruto. Inocencia en estado puro…
Martina hoy se va de campamento…
Ya quisiera yo haberle ayudado a preparar su mochila, pero entenderéis que con 16 años que tiene mi hija poco puedo hacer yo para este menester…Está contenta. Con subidón. Y muy feliz porque este año es “pre-monitora". Ahí queda eso…Lleva días preparando juegos, estrategias, normas, responsabilidades…Ellos crecen. Y yo también. Aunque sea a lo ancho. Con poderío. Mas me valdría haber “medrao” un poco más. Pero esto es lo que toca. Y felices, eh? Que eso que cantaba Aute, “Que terriblemente absurdo esssss estar vivo…” no va conmigo.
Feliz. Pese a quién le pese.
El caso es que hoy mientras ella prepara su petate, yo recuerdo su primer día de campamento:
Con tres hijos, ese año era especial. Por primera vez en el carnet de “Padres a todas horas” sellábamos con mi santo y con un gusto inmenso aquello de “Inscripción para tres hijos. Gracias por todo. Sí. Sí. 15 días ni uno menos. (o…era ni uno más ni uno menos?) Nuestro teléfono es….”.
Habíamos hecho planes. Planes para dos. También planes de uno en uno. Juntos, pero no revueltos. Como nos gusta. Yo me matriculé en la Universidad de Verano de Jaca en unos cursos de Musicoterapia. E iría con mi santo, que como ya os he contado en otras ocasiones, escribe libros. Investigaría y disfrutaría por la zona de Canfrán. Solos. Juntos. Solos. Juntos. 15 días…
Y de camping….
Aquella tarde con mis hermanas, que también dejaban en las colonias a sus duendes, nos desplazamos al lugar donde teníamos que “abandonar” a los pequeños. Ocho en total. Tres, tres y dos. No está mal.
No es ser mala madre ( o si, y que?) sentir placer en es momento: “besos, besos, besos” “os echaremos de menos”, “sed buenos, hijitos” “¡escribid!” “Portaos bien”, (Venga chicas, vámonos ya…)…
Cerca del campamento hay un lago. Azul. Hermoso. También verde.
Y con chiringuito…
Nos costó (íbamos lentas, sabiendo que hay radar) 10 minutos llegar y pillar tres tumbonas mirando al mar (soñé que estabas junto a mi)… Ese lago lo había puesto Dios para nosotras. Enseguida aparecieron ellas. Las más bellas. Las del cuello alto. Las botellas…de cerveza, claro.
1, 2 y…tres! - Estamos de vacaciones chicas!!!! Viva!!!! Os queremos, hijitos! chin-chin…. Juerga. 15 días!!!!
….
A veces el tiempo pasa rápido. Muy rápido. Juraría que no habían pasado ni 10 minutos:
Sonó un movil.
El mio.
-Si?
-Belén?
-Si, soy yo…
Escucha, Belén …no te preocupes. No ha pasado nada. Todo está bien. (Menos mi cerveza que ya estaba por los suelos…Perfecto. (A juzgar por lo que vais a leer después mas valió que así fuera). Verás… (o hablas o me tiro al mar/lago/charca o lo que narices haya yo magnificado!) Es Martina. Acaba de caerse y se ha roto un brazo. Parece que es una rotura heavy (me vino a la cabeza Iron Maiden y su Wated Years). Es más…Ya está camino del hospital.
Creo que pagó una de mis hermanas. Yo salí del paraíso eterno, pitando. Solo recuerdo que el siempre omnipotente radar del congosto paso a ser una caca de la vaca (Perdón benemérita) y mientras hablaba con mi santo con el móvil (perdón benemérita) llegué al hospital mucho antes de lo que Marta, mi Marta, la del Gps, establece (perdón benemérita)…
Prácticamente ni nos la dejaron ver. A mi niña, digo. A mi pequeña de 8 años. De un Hospital, que por lo visto se le hizo “pequeño” a Iron Maiden, al otro. Dirección Zaragoza. Furgón- Ambulancia. Mi santo y yo, detrás. A todo Gas-Grand Prix- Días de trueno…
Es increíble cómo todo pasa a un segundo plano.
Me importaba un bledo el descanso, las vacaciones y en su caso iba a necesitar yo mucha musicoterapia autopropulsada para volver a mi estado natural. Agonía inusual en mi. Tan solo nos decían que había que correr porque la rotura afectaba una vena importante. ¡Qué vena!!!??? Por Dios!!!( Para entonces, mi santo ya estaba malísimo. No puede ver series como la de Hospital Central, Anatomía de Greyt o House porque comienza a blanquear en la zona del moflete, para luego pasar a un estado #aymemareonopuedomassalgofueracambiadecanal).
Desastre.
Pasados los momentos de llegada, al final aparecimos los tres (padre, madre y criatura) en una sala de espera para urgencias.
Y ahí llego mi momento.
Yo no soy de esas.
Pero me pasó.
No controlé bien.
O no debí respirar como mandan los cánones (Inspirar. Espirar. Inspirar… )
O no sé que mandangas me ocurrió, pero mientras cogía la mano de mi Martina, mi santo enfrente, rodeando la cama al mas puro estilo peliculero, sentí la llamada del infarto.
Sí. Lo que oís.
Me estaba “infartando”.
Lo notaba.
Me faltaba el aire y tenía un presión muy extraña en la zona del corazón. Pero claro, debido a mi manera de ser siempre tan extrovertida y locuaz, mi padre siempre me ha aleccionado:
-Belén cariño, relaja. ESTE NO ES TU SHOW! …
Son palabras que me repiquetean continuamente en diferentes situaciones.
-ESTE NO ES TU SHOW…ESTE NO ES TU SHOW!
Y así pasó. Que yo me iba muriendo. Muy digna. pero me iba muriendo.
Eso si, De la mano de mi hijita. Mirando a mi santo (que también me parecía que me miraba con reprochete diciendo lo del show dichoso…).Yo me estaba quedando sin aire, tornando mi piel morena a un violeta insano…
-ESTE NO ES TU SHOW…ESTE NO ES TU SHOW!
¿Para qué decir nada?. Ya caeré. Como Felipón.
…
El cuerpo es muy sabio. Y no me tocaba.
De pronto me vi gritando. Grite como gritan las actrices. - Me muero! Me muero! ( ni que show, ni que leches!)
Y lo que son las cosas. Con el gritito me alivié. Mi cuerpo comenzó a funcionar perfectamente al tiempo que a mi hija se la llevaban…
Yo recuperé el aliento. Y un poquito avergonzada por el capitulo #manosobrecabezamemuero pude decirle a mi niña:
-Adios cariño. Te esperamos aquí. Suelta la mano, mi amor. Todo va a ir bien.
-Mamiiii…
Dos horas estuvo en el quirófano.
Dos horas que mi santo y yo aprovechamos para hacer todo el footing que no habíamos hecho hasta ahora. Pasillo arriba. Pasillo abajo.
Cuando salió la niña parecía Robocop. Clavos y tuercas, más que en el Ikea.
Todo fue bien.
De mi infarto nunca más se supo.
El que sigue blanqueando es mi santo.
A las tres semanas fuimos al hospital a quitarle los clavos y aún oigo al doctor decir:
-Señor, ¿le pasa algo? Enfermera, lléveselo de aquí…
El curso de Musicoterapia fue muy interesante. En mi estudio luce el título en un marco del Ikea. Ernesto y Martina se dedicaron a pasear con el canfranero y disfrutar del los paisajes y del patrimonio del Pirineo Aragonés. No hay mal que por bien no venga.
Fueron 15 días maravillosos.
Mira que me gusta hablar…
Y vivir del cuento…Y hablar de oído. También aparcar de oído. Es fiable.
Aunque no siempre. Lo sé.
A veces me invento palabras…
Yo soy de esas que de pequeña decía mostruo (monstruo) gasolinera, (gasolinera) carpanta (pancarta) Bitación (habitación)…Así hasta mil.
Es herencia de mi madre. También habla de oído. De hecho, Martina se iba a llamar Ixeia pero era mucho pedirle a mi madre y a su oído.
Los que me conocéis en el show habéis escuchado alguna vez todas esas peripecias que me han abocado a vivir del cuento. Y lo contenta que estoy yo de que así haya sido (Cuando lo conseguí ni la Lola Flores se regodeaba tanto como yo canturreando “Como me las maravillaría yo”
A los niños, a mi público (mira que eres cabaretera, Belentuela) a mis alumnos, a mis hijos… les digo siempre que vivir del cuento no es fácil.
Para que esto sea posible tienes que estudiar. Y punto!
Lo otro se llama Lotería. Y no siempre toca.
Anda que no he “peleado” yo para poder llegar a este punto de mi vida.
Esfuerzo, Dedicación. Pasión. Abstenerse de según qué capítulos…
Desde que el momento que entró en casa, la noche de Los Reyes Magos, un piano de juguete, supe que la música me acompañaría siempre.
¡Qué bonito era!
Pura madera.
14 o 16 teclas.
Dos octavas más o menos. Ahora lo quisiera tener…
En realidad, sus majestades no me lo enviaban a mi. Era para mi hermana.
Pero tuve la fortuna de que ella nunca ha distinguido el DO de un PORTAZO, y a los pocas días yo era la dueña y señora, sin precisar de notarios, de aquella joya preciada.
Clin, clin clin…si, si…todo afinado pero…Ya estábamos con el oído…
Había que ir más allá de “esta cría que bien toca de oído”.
-Papá, apúntame a piano. Papá, apúntame a piano…
Y así lo hizo
…
A los 15 años, al alcalde de mi pueblo se le pone entre ceja y ceja que hay que montar una banda de música. ¿Dónde iba yo con el piano???
Así que volví a establecer una conversación crucial con mi padre:
-Papá, apúntame a flauta travesera. Papá, apúntame a flauta travesera…
Yo soy pequeña, pero cereña…
Y conseguí mi objetivo.
Amar la música.
Me hice profesora. Estudié dirección de orquesta y dirigí durante 8 años una banda de música. Años maravillosos. Aunque tengo que reconocer que cada músico era de su padre y de su madre. Yo tenia que ser directora musical, psicólogo, guía turístico, cura, madre, padre,…Años maravillosos, repito.
Fue en esa etapa cuando me pasó lo que os quiero contar.
A veces me invento palabras…
Y hablar de oído es muy propio de los músicos.
Una mañana, un periodista de una prestigiosa emisora local quiso hacerme una entrevista a raíz de unas Jornadas Musicales a las que iban a asistir varias Bandas de Música de diferentes puntos de España.
Me gusta hablar y no me importa el medio.
Me suelto y no sufro.
Se que muchos de los que ahora me estás leyendo vais a decir:
- ¡Que suerte! Con lo que a mi me cuesta…Y seguramente seréis mejores en otras mil cosas más…Pero yo, con una alcachofa en las manos, no conozco el miedo.
Ese día, sí.
Sintonía
-Esa mañana tenemos el gusto de tener entre nosotros a la directora de la Banda de Música, Belén….
-Bla, bla, bla…
-Bla, bla, bla…
-Bla, bla, bla…
En aquél momento (esto lo supe después) mi hermana, la del portazo, que también es profesora por esos lares, salía del colegio y como todos lo días mientras hacia en coche el trayecto hasta su casa, sintonizaba la emisora.
-Vaya!. Mi hermana, en la radio (pensó..)
…
-Bla, Bla, Bla…
-Y Belén, nos podrías contar cómo organizas estos festivales musicales?
-Con trabajo, dedicación y mucho esmero. Te en cuenta, que son Festivales que se hacen VIA ANAL, cuesta mucho, pero con mimo todo es posible…Bla, bla, bla…
La emisoras de radio son peceras.
Hay unos peces (los entrevistados) que están en la pecera 1.
Y el pez gordo (periodista) está en la pecera 2.
Nos separa un cristal.
En aquel momento, puro directo, yo en mi jolgorio que me caracteriza, no entendí porqué el pez gordo, hacía espasmos y espabientos imposibles para aguantar la risa…. Lo entendí después.
Nos despedimos con prisas. Tenían otros invitados al aire.
Ya en la calle, recibí una llamada de mi hermana.
Me quiere mucho. Siempre me ha dicho las cosas con mucho amor:
-Hola Belén, cariño. Has hablado muy bien. Cómo te explicas, hija…Escucha,. (Pausa) Una cosa te quiero decir… No se dice VIA ANAL. se dice BIENAL. Vamos, cada dos años, no? Eso es los que querías decir, no, cariño? Belén, Belen! Me escuchas????
Por supuesto, yo ya no escuchaba nada.
El “Cómonosemecomeráuntocinoviva” comenzó a ser mi ángel de la guarda para siempre jamás…
BELENTUELA BELENTUELILLA, CONTADORA DE CUENTOS
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EDUCAR A TRAVÉS DEL CUENTO. TODO ESFUERZO VALE LA PENA
LA CARAVANA DE BELENTUELA
(Cómo se hizo)
BELENTUELA Y SU CARAVANA
LOS DIBUJOS DE BELENTUELA
Contar un cuento a los niños es algo maravilloso.
No solo son palabras...
Un cuento también nace, se le desea, se piensa cómo será, se le dedican momentos, pensamientos, silencios, sonrisas...y luego, poco a poco va tomando forma.
Y lo sueñas, y lo ries, y lo medio cuentas...es, como digo, maravilloso.
Luego, de repente, nace, y es tan real que le tienes que dar de comer, vestir, corregir, educar, pasear, amar...darle forma.
Belentuela Belentuelilla cuenta cuentos.
Y los piensa. Y los sueña. Y les da de comer. Y los canta también...
Belentuela Belentuelilla te cuentas aventuras del Burro Ramon y la princesa Anacrusa, que huele a fresa como cualquier princesa. También las de Tero, un calcetín que vive colgado de un tendedor siempre cantando y mirando al sol.
Belentuela Belentuelilla es amiga de la Jirafa Mofeta y de los piratas que la persiguen.
Belentuela Belentuelilla está siempre en una fiesta. Se divierte con los cuentos.
Y con las aventuras de los personajes que en tris-tras siempre se hacen amigos de Belentuela.
Aventuras, juegos, canciones en un recorrido asombroso por el mundo del cuento animado y la música.
Divertimento Música Itinerante
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